Entorno de uso y tipo de fluido: dos aspectos importantes para elegir un racor
El racor es un elemento presente en muchos ámbitos y, usualmente son pasados por alto, aunque son necesarios, especialmente en sistemas de alta presión. Se trata de un elemento de unión, que es crucial para los fabricantes de maquinarias y para los usuarios finales de estas. Debido a su función y sus repercusiones en el montaje, elegir el más conveniente es una fase importante y estratégica.
La elección de ejemplares adecuados es también compleja, debido a la amplia oferta y los distintos tipos de racor existentes. No obstante, es importante que sea adecuada, ya que esto es garantía de protección y calidad, además evitarán decepcionarse en caso de que no cumplan con sus expectativas. Otros problemas de una mala elección es el rápido deterioro, la imposibilidad de realizar las tareas deseadas, la mala calibración, entre otros.
La oferta en el mercado es muy variada, ya que de esta manera pueden satisfacerse necesidades específicas. Es importante una definición precisa para elegir los ejemplares ideales y obtener el máximo rendimiento. Son varios los factores que pueden ayudarles, entre los que destacan el tipo de fluido a manejar y el entorno de la aplicación, que comentaremos a continuación.
Entorno de la aplicación
Evidentemente, la aplicación es el punto central de análisis para elegir un ejemplar para sus sistemas de alta presión. Anteriormente, resulta crucial considerar el entorno de dicha aplicación. Es importante contar con un conocimiento global del medio donde se utilizará. Por ejemplo, deben considerarse tanto el estado como la calidad del aire ambiental (ya sea que sea marino, seco, con polvo, entre otros). La temperatura y sus variaciones es otro factor por tomar en cuenta, al igual que los riesgos de proyecciones (químicos, chispas, agua, entre otros).
Usualmente, se ignora la posibilidad de choques, pero no se debe excluir. En ocasiones, el racor puede exponerse a impactos con objetos móviles. Esto ocurre debido a la aglomeración de piezas transferidas, cilindros hidráulicos o cuando se monta cerca de un área de circulación. En una situación donde esté implícito tal riesgo, debe hacerse también un estudio de la implementación del elemento para reducir los riesgos. Tienen que elegirse preferiblemente racores de materiales resistentes y diseños específicos.
Por otro lado, hay casos de espacios reducidos o de difícil acceso, que requieren un buen dimensionamiento de la pieza para garantizar un buen montaje y la posibilidad de intervenciones futuras. Los proveedores pueden ofrecerles unidades compactas o modulables para adaptar la cantidad de conexiones y mejorar el espacio (acortada, banjo, escuadra, entre otras).
Para las aplicaciones exteriores, que se caracterizan por exposición a la lluvia, rayos UV, variaciones extremas de temperatura, entre otros factores, necesitan una selección específica de racores hidráulicos diseñados para resistir ante tales condiciones. Igualmente, para elementos integrados en unidades móviles, las vibraciones, proyecciones de partículas y variaciones de temperatura repetidas demandan racores calibrados para operar en condiciones extremas. En resumen, deben considerar y estudiar las posibles agresiones para elegir ejemplares acordes al entorno.
Tipo de fluido
Deben responder a la cuestión: ¿qué fluido se transportará? Esto es importante, ya que el tipo de fluido debe ser compatible con los materiales del racor, una pieza fundamental en las instalaciones hidráulicas. Si ocurre una reacción entre las sustancias, puede contaminarse el fluido o el circuito o pueden dañarse los racores. Por tal motivo, deben conocer detalladamente las características del fluido de su aplicación y asegurarse que no reaccione con el material del racor.
Para lo último, deben considerar varios conceptos, como fluido incomprimible (aceite o agua) o comprimible (aire), además tomar en cuenta la composición global y coadyuvantes eventuales con su concentración. Recuerden que, para cada fluido, hay ciertos racores. Por ejemplo, los de latón niquelado son convenientes para agua, lubricante o aceite y, para el transporte de químicos, se recomienda ampliamente el acero inoxidable. Con respecto al aire impulsado por compresores, no hay una contraindicación específica, por lo que la elección es libre.
En algunos casos raros, tienen que tomar en cuenta la viscosidad del fluido, que necesita la previsión de mayores diámetros para asegurar un buen flujo. También destaca el rol de la junta en lo relativo a la compatibilidad. Es importante asegurar la estanqueidad del circuito con el exterior.
Las consecuencias por una reacción con el fluido transportado pueden ser muy graves para el circuito. Por ejemplo, podría contaminarse si hay daños en la junta. Además, la última no aseguraría la función de estanqueidad con respecto al exterior, por lo que tiene que ponerse mucha atención a este componente.
Una vez que consideren el tipo de fluido y las aplicaciones del entorno, acérquense con un experto que ofrezca un racor adecuado. En Maxipresstec lo encontrarán. Pidan más información a través de las líneas (722) 773 6689, (722) 688 6351 o llenen nuestro formulario con sus datos.